Burbujas de lava revientan mis entrañas, su vapor recorre mi cuerpo. Exhalo. El vaho inunda la atmósfera y me retuerzo de dolor. El movimiento provoca al fuego y se adhiere a mi piel. Arde, corroe. No puedo gritar, ya no puedo moverme. Tampoco puedo quedarme quieta y enmudecer, eso dió origen a todo. Cierro los ojos y puedo ver ese infierno desde adentro. Intento llorar y las lágrimas son llamaradas de sol. Estoy desnuda, arrancando mi piel con las uñas y contorsionando el cuerpo. Todos me miran, no hacen algo, no dicen nada. "Está loca" piensan. El calor nacido dentro ha logrado convertir mi apariencia en cenizas. ¡Está loca! Murmuran cuando al fin puedo gritar... Entonces también les duele.
Abril, 2015.
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