I
II
Te miro. Estás entre mis brazos. Tu cuerpo es tan bello, tan delgado y fino; tu cabello negro, como la noche que nos cobija. La luna se refleja en tus ojos, que lucen con un brillo extraordinario, tu mirada grita "¡ámame!". Mis labios rozan tu pequeña nariz y luego te besan con pasión, mi lengua abraza a la tuya mientras mis manos te quitan la ropa; mis dedos te sienten, eres tan suave y delicada. Me deslizo por tu cuello que transpira lascivia, mis labios recorren tus redondos y primorosos pechos. Siento perderme en tu figura, pero sigo bajando, probando cada milímetro de tu piel. El ritmo de tu respiración eleva tu vientre, hermosa cuna de amor, llego donde tus piernas me abren un paraíso, exquisita fuente de placer, placer que tu rostro ya no puede ocultar. Sigo mi camino por tus largas piernas. Tus manos me abrazan, mi pecho siente tus latidos fuerte, agitados... Nuestros labios vuelven a encontrarse eclipsando en un tumulto de emociones desenfrenadas. Te abrazo con fuerza y caemos en la cama amándonos con frenesí.
2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario